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¿Quién es Iván Duque Márquez, el nuevo presidente de Colombia?


 

Iván Duque Márquez, bogotano de 41 años e hijo del exgobernador de Antioquia y exministro Iván Duque Escobar, es el nuevo presidente electo de Colombia, con el 100 % de las mesas escrutadas (10.373.080 votos).

Iván Duque soñó con ser presidente desde niño. Así lo recuerda su madre, Juliana Márquez Tono, quien cuenta que una vez de pequeño le preguntó al presidente Julio César Turbay si de joven soñaba con un día llegar a ser jefe de Estado. El sorprendido y veterano político le respondió: “No, mijito, de niño yo no pensaba en nada de eso”. Y ante esto el pequeño replicó: “Yo sí”

En su familia lo que está viviendo Ivocomo le decían de pequeño, era predecible. Según cuenta su mamá, Duque era lo que llaman un niño viejo”, pero sobre todo un hijo de su papá, el exministro y exgobernador Iván Duque Escobar. Como él, recitaba de memoria los discursos de esos políticos de antaño que emocionaban las plazas. Sabía varios de Jorge Eliécer Gaitán y a medida que creció memorizó también los de Kennedy.

Duque hijo y Duque papá tenían en esos discursos un momento de complicidad. Los oían juntos después de comer y pasaban horas hablando de estos. Hoy esa colección de audios que le quedó de su papá, después de su muerte en julio de 2016, es una especie de tesoro para él. Cuando el hoy presidente era muy pequeño, su papá lo solía llevar a las correrías políticas. Su mamá muestra con orgullo una foto en la que el niño, de apenas 4 años, sale alzado en hombros con una cobija en la mano. Hace unas semanas, Duque quiso hacer la misma imagen con su hijo Matías, “populismo puro” dijeron sus críticos.

Donde sí habría sorpresa en el rumbo que tomó la vida de Duque es entre quienes lo conocieron de adolescente. Los amigos que compartieron con él los años de la juventud no vislumbraban para entonces esa suerte. Era un colegial, como casi todos, enloquecido por el fútbol y la música. Tenía destrezas tanto para conducir a terreno contrario el balón como para tomar la guitarra y acompañarse, sin mucho desatino.

Inicialmente entonaba canciones de la nueva trova cubana y boleros. Luego, con sus compañeros de colegio, se adentró en el rock y fue vocalista del grupo que crearon, llamado Pig Nose. No me acuerdo cuántos eran, pero hacía un ruido terrible, anota su mamá.

De esa época a Duque le queda la manía de lucir una sarta de mañillas en su muñeca izquierda, el fervor por el América de Cali y el reflejo entre roqueros de chocar las palmas y enfrentar los puños al saludarse. En esos años de juventud, Duque ya no quería ser presidente sino militar. El exsenador cuenta cómo un accidente dejó en el traste ese sueño.  Se luxó la rótula izquierda y por cuenta de eso en el Ejército no lo recibieron. “En ese momento yo no me había presentado a ninguna universidad, recuerda Duque.

Sin ningún plan por delante, un amigo de su papá Bernardo Beltrán Mahecha le recomendó pasar papeles a la Universidad Sergio Arboleda, que como era nueva, aún tenía inscripciones abiertas. Me llamó la atención que se presentó con el pelo largo -no era tan largo- pero no era usual que un estudiante de derecho tuviera el pelo así. Sin embargo, esto nunca afectó su proceso, recordó José María del Castillo Del Castillo el entonces decano de derecho.

 

Su amigo Francisco Barbosa lo recuerda como un ‘nerdo’. Siempre se sentaban en la primera fila y eran de los que constantemente preguntaban en clase. Llevaban el periódico a la universidad para estar actualizados y las tardes de estudio las pasaban en la casa de Iván porque el papá, que también era abogado, tenía una biblioteca casi mejor que la de la universidad, con más de 17.000 volúmenes.

Duque había entrado a la Sergio Arboleda sin mucho entusiasmo. “Yo al comienzo pensaba hacer un semestre y cambiarme de universidad, pero me encontré con un ser humano excepcional: Álvaro Gómez”. Decidió quedarse. El crimen del líder conservador le tocó de cerca. Unas horas antes de que lo acribillaran al salir de ese centro académico, Duque había tenido clase con él. Hablaron de un seminario de derecho constitucional que preparaban. Cuando se estaba devolviendo para el salón, se produjo el atentado. Me marcó muchísimo, recuerda.

Duque necesitaba un trampolín realmente potente para proyectarse y Uribe el eterno presidente requería de un alfil fresco, fiable y moderno después de varias malas experiencias. Se sabía que quien tuviera la famosa camiseta de el que diga Uribe llegaría con una fuerza de tornado a la campaña. Pese a que también desata grandes controversias, el expresidente continúa siendo el político más popular del país en las últimas décadas. Su bendición es suficiente para arrastrar a millones de votantes. Pero no fue solo el soplo de vida electoral que le ungió Uribe. Duque hizo lo suyo.

Durante los cuatro años que estuvo en el Capitolio, Duque se consolidó como un senador disciplinado y responsable que siempre jugó un papel en las discusiones importantes. En contraste con otros representantes de esa bancada que suelen dar de que hablar por su radicalismo, como María Fernanda Cabal o José Obdulio Gaviria, Duque le imprimió un aire renovado y tranquilo al uribismo. El mismo ex presidente lo reconoce. En las veces que lo ha acompañado en tarima en esta campaña, siempre ha terminado con la frase de que uno de los grandes atributos de Duque, es ser menos “pelietas” que él.

Al comienzo de la carrera presidencial ese espíritu tranquilo y conciliador le hizo daño. En las propias tropas de Uribe consideraban que Duque no tenía la suficiente garra para representar al Centro Democrático. Todo eso se dio en parte porque muchas de las peleas que el uribismo cazó con la comunidad LGBTI o con la prensa, Duque no las compró. Fue en ese momento cuando el exministro Fernando Londoño, una de las voces más influyentes en esa colectividad, lo llamó mozalbete inteligentón”.

Paradójicamente, ese estilo que al principio le causó resistencias, al final terminó entregándole el triunfo.  Su acto más criticado fue no asistir al debate presidencial con Gustavo Petro. Aunque esto es un ejercicio antidemocrático, hacia parte de la estrategia de Duque de no entrar en controversias.

¿Sabía esto sobre él?

1. Hijo de Iván Duque Escobar, antioqueño y Juliana Márquez Tono, ibaguereña enraizada en Bogotá

2. Su padre, Iván Duque Escobar —fallecido el 3 de julio de 2016— fue gobernador de Antioquia nombrado por Julio César Turbay, ministro de Minas de Belisario Betancur y registrador Nacional en el gobierno Andrés Pastrana.

3. Hernando Márquez Arbeláez, el abuelo, fue viceministro de Minas de Misael Pastrana, casado con Stella Tono, cartagenera de pura cepa. La bisabuela Luz Caicedo de Tono, fue una figura del Tolima, protagonista en la música de ese departamento.

4. Al ser elegido presidente, seis días antes de posesionarse (1 de agosto) cumplirá 42 años y se convertirá en el presidente más joven de Colombia, seguido por César Gaviria (44) y Andrés Pastrana (44).

5. Estudió en colegios bilingües de Bogotá, en el Saint George y en el Rochester. Siendo estudiante formó un grupo de rock con sus amigos al que llamaron Pig Nose. Por esa época su mejor amigo era Óscar Castaño.

6. En la Universidad Sergio Arboleda se graduó en Derecho. Pero lo suyo es la Economía. Hizo maestría en Derecho en American University, Administración Pública en Georgetown con beca del BID donde conoció a Luis Guillermo Echeverry, su actual gerente de campaña. También realizó estudios de Negociación estratégica y Capital de Riesgo en Harvard.

7. Aficionado al fútbol, desde la niñez, como su padre. Es hincha del América, pero su papá lo fue del “poderoso” DIM y su mamá del Nacional. En cualquier momento libre se le encuentra jugando Fifa en el computador.

8. Vive en una urbanización del norte-norte de Bogotá , con su esposa María Juliana Ruiz, abogada, y sus hijos Luciana (9), Matías (6) y Eloísa (4).

9. Los primeros tres jefes fueron políticos y economistas: Juan Manuel Santos ministro de Hacienda —a donde llegó como asesor por petición de Andrés Pastrana—,y quien lo hizo nombrar en la Representación de Colombia en el BID; Roberto Junguito, como Minhacienda de Álvaro Uribe, y Luis Alberto Moreno presidente el BID, institución en la que estuvo al frente de la promoción de la ‘economía naranja’.

10. Es coautor del libro La economía naranja, con Felipe Buitrago Restrepo, publicado por el BID, y autor de Efecto naranja publicado por la editorial Temas de Hoy en 2017.

11. Comenzó en política electoral en la lista cerrada del Centro Democrático para el Senado, encabezada por Álvaro Uribe, en la que fue renglón 7, que obtuvo 2.045.564 votos en las elecciones legislativas del 2014.

12. La relación política con Álvaro Uribe comenzó cuando, tan pronto dejó la presidencia, lo nombró su asesor en Naciones Unidas, donde llegó para hacer parte del comité internacional de cuatro miembros conformada por Koffy Annan que investigó el ataque israelí contra una flotilla humanitaria a Gaza. Después lo llevó de profesor asistente a la cátedra que dictó en Georgetown.

13. La buena estrella política quedó en evidencia cuando rifaron los puestos de la bancada del Centro Democrático: ganó el pupitre al lado derecho de Álvaro Uribe. Y cuando sortearon el sitio en el tarjetón de la consulta entre Martha Lucia Ramírez y Alejandro Ordoñez: sacó el número 1 con la balota naranja.

14. Embola sus zapatos, algo que aprendió de su padre, y encuentra en eso la mejor terapia para desestresarse.

15. La comida favorita: pastas y ensaladas en la casa de mamá.

16. Iván Duque Escobar se casó en primeras nupcias con Claudia Samper Mejía y después con su madre Juliana Márquez, de quien se separó. Su  hermana media Paula Duque Samper, es nieta del golfista bogotano Enrique Bambuco Samper, vicepresidenta de asuntos públicos y relaciones institucionales de Avianca y está casada con Néstor Morales, director de Blu Radio. Su hermano menor Andrés,  vive en Roma y hace parte de la delegación de Colombia en el Vaticano.

17. Las últimas vacaciones las pasó en el Golfo de Morrosquillo, con su familia. No cambia por nada un descanso en familia.

18. Las mascotas de los Duque Ruiz son Mile, una perrita portuguese water, la misma raza de los perros de Obama, y  un gatito llamado Fígaro.

19. Canta en la parranda, es fanático de Led Zeppelin, Metallica, Iron Maiden, se sabe las canciones de los Beatles, y de los cubanos Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Compay Segundo. Si hay que cantar rancheras, también está listo.

20. Sus libros favoritos son El libro de la risa y el olvido de Kundera y Siddartha de Herman Hesse.

21. La película que más le ha marcado es El club de la pelea, basada en la novela de Chuck Palahniuk. Y las series que más le han gustado: Designated Survivor y House of Cards.

22. En un solo año, el pasado 2017, enterró a tres hombres claves en su vida: Juan Mario Laserna, su papá y Fabio Echverry.

Y ñapa: Casi no se llama Iván. El cura lituano que lo iba a bautizar dijo que no podría llamarlo así porque ese nombre no estaba en el santoral y recordó a Iván el Terrible. Sus padrinos Alfonso Palacio Rudas y Lulú Bernal, quedaron atónitos. Pero terció el maestro Darío Echandía diciendo enfático “Iván es Juan” (adaptación latina del hebreo). Y así quedó. Ahora es #eleselquees.

Por: Revista Semana – Las 2 Orillas

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