El boxeador brilló en Becerril, se coronó campeón nacional y reafirmó su lugar en la Selección Colombia. Su sueño: llegar a Los Ángeles 2028.
ÁNGEL MIGUEL PÉREZ MARTÍNEZ
Hace seis años salió del barrio Altos del Rosario, en Sincelejo. Ayer subió a lo más alto del podio en Becerril, César, representando al Meta. Él es Willys Mendoza Esalas, quien se coronó campeón nacional de boxeo en la división de más de 90 kilos, tras imponerse al vallecaucano Luis Fernando Murillo.
El torneo, disputado del 20 al 28 de junio, reunió a lo mejor del boxeo aficionado colombiano. Mendoza, actual integrante de la Selección Colombia, mostró contundencia. En semifinales venció por nocaut al cesarense Davian Salcedo, dejando claro que llegó al ring con hambre de gloria.
Su victoria en Becerril no solo le da el título nacional, también lo ratifica como número uno de su categoría en el país. Con ese respaldo, ahora se alista para representar a Colombia en la Copa América de Boxeo, que se celebrará en Ibagué del 10 al 20 de julio próximo.
Pero su mirada va más lejos: volver a vivir un ciclo olímpico completo y clasificar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Ya estuvo cerca en el pasado. En 2024, participó en el Mundial en Bangkok, Tailandia, donde rozó la medalla de bronce.

Willys Mendoza Esalas, campeón nacional de boxeo en la división +90 kilos.
Es otro talento fugado
Willys Mendoza lleva una pelea en el boxeo profesional, pero su carrera se ha forjado principalmente en el amateurismo. Está vinculado a la Liga del Meta desde hace seis años, a donde llegó luego de prestar servicio militar, gracias a su primer entrenador, Daniel Alvis, quien lo conectó con esa liga.
No representa a Sucre, su tierra natal, porque —según él mismo— nunca recibió apoyo en su departamento.
“Lo intenté, pero no me dieron la mano. Ahora canto un himno distinto al de Sucre. No es lo que desearía, pero qué se puede hacer”, dice en entrevista.
Paradójicamente, Sucre estuvo ausente en Becerril, una ausencia que, para los entendidos, representa la fuga de talento que aún no cesa y de la cual hacen parte muchos deportistas.
En cambio, la Liga del Meta celebra sus triunfos como propios. Allí lo respaldan, lo valoran y lo ven como figura. Aun así, él no deja de soñar con representar a su tierra. Sin embargo, es duramente sincero consigo mismo al decir:
“Es algo que veo imposible.”