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Un joven sincelejano de aspecto zenú, ágil, delgado, de gafas oscuras, quien parece jugar con un dron, vehículo aéreo no tripulado, el que eleva en las brisas cálidas de marzo; dos mujeres (una rola y otra italoperuana) hacen parte del pequeño pero valeroso equipo de trabajo que acompaña al candidato Gustavo Petro en su campaña hacia la casa de Nariño.

Es un trabajo arriesgado y con las uñas, sin importar que los traten de guerrilleros, que hacen, según el sincelejano, convencidos de que apoyan la mejor opción para los pobres en el país. Es una misión voluntaria, sin que haya plata de por medio.

El sincelejano que parece jugar con una cámara Canon  que le cuelga del cuello y un dron, se llama Luis Osorio. Apenas hace diez años, Osorio se desempeñaba como surtidor en una bomba de gasolina, a las que en Sincelejo les dicen Mecha: unión de los apellidos Mebarak Chadid.

Mientras se prepara para retomar las arriesgadas giras, quizás vulnerables por la polarización del debate, que serán el próximo domingo en Soacha, Osorio parece afilar su machete, grabando un video en un centro comercial, hasta donde se le acercó un padre de familia para preguntarle cuánto cuesta uno de esos juguetes. Y Luis, de apariencia simpática (aparenta menos años de los que tiene) solo se ríe y piensa: “Si supiera, padre, que con este juguete estoy cubriendo la gira del que pudiera ser el próximo presidente de Colombia”.

Lucho, como le dicen en Sincelejo, parece disfrutar de su trabajo, aunque confiesa que su misión de grabar las manifestaciones del candidato es muy riesgoso. Vivió en carne propia el atentado en Cúcuta, donde se ratificó que la caravana de la Decencia es vulnerable y que cualquier cosa puede pasar.

“Yo siempre viajo con el candidato en la misma camioneta que recibió los dos impactos, en la parte de atrás, con la gerente y la asesora política, pero ese día me fui en la avanzada, y no me tocó pero fue terrible”, precisa.
Según el joven, cuando la camioneta apareció en la plaza de Cúcuta, se bajaron unos cincuenta jóvenes de la empresa Aguas de Cali, arengando contra Petro y avanzaron tirando huevos y tomates a la comitiva. La Policía, para dispersarlos, lanzó gases lacrimógenos, pero no contra éstos, sino contra quienes ya estaban llenando la plaza en espera del candidato, lo que originó la confusión, en medio de la cual se produjo el ataque, sostuvo. Yo creo que nuestro candidato es muy vulnerable, porque se da a la gente y sale al frente a recibir los abrazos, sin protección, dijo. “Ojalá Dios nos proteja, porque Petro es una esperanza para los pobres”, anotó.

Luis trabajó la primera parte de la campaña de Gustavo Petro en forma voluntaria, porque considera que esta es una misión humanitaria por una Colombia mejor y asegura que cuando se está convencido de que esta es la mejor opción no se tiene temor de perder la vida ni se pregunta por el dinero.

El enganche de Luis en la campaña de Petro se dio por méritos. Durante la visita del candidato a Sincelejo, con lleno a reventar en la Plaza Olaya Herrera. Ese día llevó el dron y grabó todos los detalles. El video de sesenta segundos se volvió viral. Su calidad es extrema. Entonces fue llamado por la gerente de la campaña para que los acompañara nacionalmente. No preguntó cuánto le iban a pagar. Desde entonces ha cubierto toda la gira. Después del cierre de campaña, con lleno a reventar en Barranquilla, Luis se vino a Sincelejo a afilar su machete, un dron que alza en las nubes azules de este verano. El domingo se reengancha a la campaña. Es la tercera vez que un sabanero acompaña a un candidato presidencial en una campaña nacional. Ya lo habían hecho Anibal D’ Luis Polo a Andrés Pastrana, como presentador,  y Julio Fontalvo, como músico, a Alfonso Lopez Michelsen.

Historia.
Luis es soltero. Vivía con su abuelita y ahora lo hace solo en su apartamento. Es egresado de la Escuela de Bellas Artes de Sincelejo de donde egresó hace diez años como artista plástico, pero se dio cuenta que acá el arte no lo pagan bien, por lo que se fue por las audiovisuales. En este trabajo, recibió un gran respaldo de Gino Sánchez, con quien laboró seis años de aprendizaje en el Canal Doce de Sincelejo.

De cara bonachona y excelente persona, Luis renunció de la Mecha donde trabajaba como bombero, porque no era sensible a ese trabajo. Con la liquidación compró una cámara sencilla e hizo sus primeros audiovisuales en matrimonios y bautizos. En el Canal Doce, de gran cobertura en Sucre, cuando era un proyecto apenas, en la avenida Ocala, hizo de todo. Cargó cables, fue auxiliar de cámara, VTR, camarógrafo, hasta convertirse en productor y fundador de uno de los mejores programas infantiles de la televisión, donde creó el personaje del sapo Rogelio, nada que envidiar a Plaza Sésamo, pero tampoco ganaba dinero. Después creó su propia Productora, con la que independizó.

Petro, un hombre pragmático y poco hablador.
Luis dice estar emocionado y a gusto en la campaña Petro Presidente, donde entró por méritos y no le importa que le digan guerrillero, pues considera que una persona que guerrea por el bien común es una persona digna.

Sobre los bajos resultados de la jornada de la consulta amarilla el domingo pasado, considera que la mayoría de los Petristas son campesinos y gente pobre, que se enredaban con el tarjetón. Pasó la contienda en Flor del Monte, donde visitó a su abuelita y vio que los votantes llegaban con el sticker de otros partidos, asustados, y no pedían la tarjeta de la consulta o dañaban el voto, porque son poco diestros. Los de Uribe, dijo, son de clase media hacia arriba, más diestros.

Considera que Gustavo Petro, como intelectual, es u hombre mesurado, de pocas palabras, práctico, que dialoga lo justo y que en los viajes siempre va meditando, como todo intelectual. No le gusta el amiguismo, porque por allí comienza la corrupción.

En los aeropuertos a la comitiva le pasa de todo. Hay gente que se abalanza ante el candidato como si este fuera una estrella de Cine, y se hacen tomar selfies, pero otros parecen espantarse.

En un avión de primera clase, en una de las giras, la cola de entrada era grande y uno de los pasajeros que iba adelante del candidato se incomodó expresándose mal del candidato. Petro se le acercó y cuando lo estuvo cerca, le puso el pecho y le preguntó qué era lo que había dicho. Con una sola mirada, el candidato intimidó al agresor, quien calló, entonces el candidato le dijo  «Pues tendrás que acostúmbrarte».

Por: Alfonso Hamburguer

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