Tadej Pogacar abraza su triunfo número 100 como profesional en Rouen. Van der Poel mantiene el liderato por milímetros.
ÁNGEL MIGUEL PÉREZ MARTÍNEZ.
El Tour no espera a nadie. — Y hoy lo demuestra con una etapa de media montaña que estalla en el corazón de Normandía. — Son 174,2 kilómetros entre Amiens y Rouen. — Cinco subidas al final. — Y una batalla sin tregua entre gigantes.
El pelotón vuela bajo. — Las curvas se encadenan, el ritmo no baja. — La subida a Belbeuf rompe el grupo. — Bonsecours endurece el paso. — Pero es la Rampe Saint‑Hilaire, con sus 800 metros al 10 %, la que lo cambia todo.
Allí ataca Tadej Pogacar. — Un latigazo certero. — Nadie responde de inmediato. — Solo Van der Poel y Vingegaard aguantan el ritmo. — Rouen se convierte en un escenario de clásico.
La llegada es explosiva. — Van der Poel toma la curva final por dentro. — Pero Pogacar lanza el sprint con rabia. — Línea, brazos arriba. — El esloveno gana su etapa 100 como profesional. — Y lo hace en el Tour.
Jonas Vingegaard entra tercero. — El podio del día es el podio virtual de la general. — Los capos ya se miran de frente. — El Tour se juega entre ellos.
Van der Poel mantiene el maillot amarillo. — Empata en tiempo con Pogacar, pero lo conserva por puestos acumulados. — Vingegaard queda a ocho segundos. — No hay tregua entre los tres.
El ritmo es infernal. — Los gregarios llegan descolgados. — El viento, las subidas y la presión hacen estragos. — Algunos caen. Otros se rinden. — Pero adelante, solo hay hambre.
Hoy no se gana solo por piernas. — Se gana por táctica, por instinto. — Y Pogacar lo demuestra. — Porque mientras unos sobreviven a Rouen, él lo conquista.


