En el último día de descanso, el pelotón retiene el aliento. Roglič podría abandonar y Carapaz afila las piernas. La tercera semana será una batalla sin concesiones.

ÁNGEL MIGUEL PÉREZ MARTÍNEZ.

En el Giro de Italia no hay días tranquilos. Ni siquiera cuando no se pedalea. Este lunes 26 de mayo, mientras los ciclistas descansan las piernas y los equipos revisan cada detalle de la estrategia, el Giro vive una jornada cargada de tensión, anuncios y definiciones que podrían cambiar el rumbo de la edición 108 de la Corsa Rosa. Todo parece congelado por un instante, pero en realidad se mueve más que nunca.

¿Adiós, Primož?

El rumor, que hasta ayer era un susurro entre bastidores, ha tomado fuerza: Primož Roglič podría no salir mañana en la etapa 16. El veterano esloveno, campeón de la Vuelta a España y figura del Red Bull-Bora-Hansgrohe, no ha tenido la respuesta esperada en los últimos días. Las molestias físicas que arrastra desde la primera semana parecen haberle pasado factura. Su equipo, fiel al hermetismo, evalúa su continuidad, pero ya hay voces que preparan el terreno para una despedida anticipada.

La posible salida de Roglič no es solo la baja de un favorito: es el fin de una narrativa que prometía épica, redención y lucha hasta el último puerto. Y también, quizás, un alivio para quienes pelean la general.

El Toro que no se cansa

Mientras tanto, Isaac del Toro aprovecha el día de pausa como un líder hecho y derecho. El mexicano, revelación del UAE Team Emirates, ha dejado claro —o más bien, lo ha hecho su director Joxean Matxín— que no compartirá galones: el equipo corre para él.

Del Toro encara la decisiva tercera semana vestido de rosa y con la moral intacta. Su rendimiento ha sido impecable, su lectura de carrera, inteligente. La montaña que se avecina pondrá a prueba sus piernas y su temple, pero al menos, ya no hay dudas en el autobús del UAE: el chico de Ensenada va por la historia.

Carapaz, en modo tiburón

Richard Carapaz, ciclista ecuatoriano en el Education-Easy Post.

En silencio, Richard Carapaz se afila. El campeón del Giro 2019 ha transitado con inteligencia las etapas previas, sin exhibiciones innecesarias, esperando su momento. “La tercera semana será clave”, ha dicho. Y lo será, especialmente para él, que necesita descontar tiempo si quiere aspirar a la maglia rosa.

En las imágenes que llegan desde el campamento del EF Education-EasyPost, Carapaz sonríe y entrena con decisión. La etapa de este martes, con cinco puertos categorizados y más de 4.700 metros de desnivel acumulado, puede ser el escenario perfecto para mover fichas.

Lo que viene: montaña sin respiro

La etapa 16, entre Livigno y San Valentino, es un monstruo de 203 kilómetros. No hay tregua. Desde el primer pedalazo, la altimetría se retuerce: subidas largas, descensos técnicos y un final en alto que puede hacer estallar la clasificación general. En este escenario, no caben las medias tintas.

Del Toro tendrá que defenderse con inteligencia. Carapaz y otros escaladores buscarán el asalto. Y si Roglič no parte, la batalla se abrirá aún más.

El Giro vuelve mañana, pero su drama ya está en marcha. En este día de descanso, no hubo pedales, pero sí decisiones que pesan tanto como una etapa reina.

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