Christian Scaroni (Astana) conquista San Valentino, Isaac Del Toro (UAE) resiste y el Giro arde tras el abandono de Roglič
ÁNGEL MIGUEL PÉREZ MARTÍNEZ.
La montaña siempre tiene su propia ley. Y hoy, en la etapa 16 del Giro de Italia, dictó sentencia con crudeza, épica y dramatismo. El pelotón partió de Piazzola sul Brenta sin imaginar que terminaría escribiendo una de las jornadas más emocionantes —y dolorosas— de esta edición.
En la cima de San Valentino, a más de 1300 metros sobre el nivel del mar, Christian Scaroni (Astana) alzó los brazos tras una victoria de manual. Lo acompañó su compatriota Lorenzo Fortunato, también del Astana, firmando un doblete de oro. Y como si el día fuera una oda tricolor, el jovencísimo Giulio Pellizari (Red Bull-BORA) cruzó tercero, completando un podio cien por ciento italiano.
Pero detrás de la gloria local, el Giro se estremeció. Primož Roglič, uno de los grandes favoritos, abandonó tras múltiples caídas. Su rostro herido al dejar la bicicleta fue el símbolo de una jornada que exigió más que piernas: pidió alma.
En la lucha por la maglia rosa, Isaac del Toro, el joven mexicano del UAE Team Emirates, aguantó estoico. Sufrió, cedió algunos segundos, pero sigue líder. Su diferencia ahora es de solo 26 segundos sobre el británico Simon Yates (Visma) y 31 sobre un resucitado Richard Carapaz, que atacó con furia en el ascenso final. La locomotora ecuatoriana vuelve a rugir.
La gran víctima fue Juan Ayuso, quien dijo adiós a sus aspiraciones con una pérdida de más de 14 minutos. Entre el barro, la niebla y la lluvia, el Giro fue despiadado.
La etapa no solo exigió fuerza, sino también resistencia mental. Cada curva del ascenso final destiló drama. Las condiciones climáticas hicieron estragos: suelos mojados, caídas, bicicletas deslizándose como si patinaran sobre vidrio.
Mañana, el pelotón se enfrentará a la etapa 17, entre San Michele all’Adige y Bormio. Otros 155 kilómetros de montaña esperan. Con 3.800 metros de desnivel acumulado y la clasificación general ardiendo, el Giro está lejos de decidirse. La historia apenas se está escribiendo.
Hoy Italia celebró. Pero el Giro, como siempre, no perdona.


